Un equipo formado por centros de investigación de once países europeos, entre los que se encuentra la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), ha analizado cómo han influido los cambios en el uso del suelo, la densidad de población humana y el estado de protección en la expansión de grandes carnívoros en Europa durante los últimos 24 años. Lobos, linces y osos pardos se encuentran entre las especies carnívoras más emblemáticas de Europa. En la última década, y después de rozar la extinción a finales del siglo pasado, están regresando y ocupando sus antiguas zonas de hábitat.

Los resultados abren nuevas vías de investigación para estudiar de manera más rigurosa el papel que juega la percepción y tolerancia de la sociedad hacia estas especies en su expansión, especialmente en zonas rurales donde puede haber conflictos entre ciertas actividades socioeconómicas y la conservación de estas especies.