Cuando tuve a mi primer hijo, en Francia, nadie me trajo flores al hospital. Con mi segundo y tercer hijos, ya en España, sí que cayeron varios ramos. El par de noches que pasé en el hospital me sacaron las flores de la habitación. Porque “no es bueno dormir con plantas”*, ¿saben?. No sacaron, claro está, ni a la otra mamá compañera de habitación ni, por supuesto, a nuestros respectivos bebés. Analicemos esta curiosa cuestión desde la ciencia.

La respiración celular es un proceso vital mediante el cual se produce energía utilizando oxígeno. Las plantas respiran de día y de noche, lo que ocurre es que de día realizan también la fotosíntesis, que libera oxígeno y consume CO2, así que ambos procesos se compensan y normalmente el balance sale positivo a favor de la producción neta de oxígeno. De noche no hay luz y, por lo tanto, no se puede realizar la fotosíntesis. Es verdad, entonces, que las plantas consumen oxígeno por la noche, pero ¿tanto como para que resulte una amenaza? ¿Cuáles son los datos objetivos?

Una planta de tamaño medio consume más o menos 0,1 litros de oxígeno por hora. Un humano de tamaño medio en reposo consume más o menos 15 litros de oxígeno por hora. Todos dormimos, o hemos dormido alguna vez, con otra(s) persona(s) en la misma habitación, sin que eso suponga un peligro. Apelo a su inteligencia para que saquen la conclusión correcta. ¡Felices sueños! *(irónico)

Irene García – Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis (IBVF)