Un grupo de investigadores de la Estación Biológica de Doñana y del Instituto Universitario de Investigació Marina (INMAR) de la Universidad de Cádiz han realizado la primera prueba experimental que demuestra que la forma en la que interaccionan las especies determina cómo pueden coexistir.
El experimento ha demostrado lo complejos que son los ecosistemas y que modificar las interacciones entre las especies de un ecosistema altera el comportamiento de toda la comunidad de plantas y animales de una manera difícil de predecir. Esto significa que la eliminación de especies puede tener efectos en cascada sobre el resto del ecosistema que se desconocen y que se pueden estar subestimando.