Antes que nada, desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) recomendamos encarecidamente no viajar al espacio sin traje protector. El medio interestelar es un sitio poco agradable, y os aseguramos que pasear en pantalón y manga corta por él es una experiencia algo molesta que acabará en una muerte horrible e irritante. Eso sí, no os preocupéis, que explotar, lo que se dice explotar como una piñata espacial, no va a ocurrir.
Es verdad que en las películas queda muy espectacular, y es una alegría para el amante del gore ver todas esas vísceras enriqueciendo el medio interestelar, mientras admiramos esos ojos como yemas de Santa Teresa saliendo de las cuencas oculares, pero todo es pura licencia poética. Es cierto que, al encontrarnos en contacto con un medio sin apenas presión, todos los líquidos de nuestro cuerpo tenderían a expandirse alegremente, y nos hincharíamos como un globo en una comunión, pero nuestra piel es lo suficientemente elástica y dura como para que no estallemos. A lo sumo pareceríamos el muñeco de la peli de cazafantasmas, pero sin sonrisa ni gorro de marinerito. Sí estallarían nuestros pulmones y algún que otro órgano interno, pero sin espectáculo de casquería.
¿Y cómo sabemos esto? Porque lo hemos…ejem…experimentado…ejem…con animales. Sí, durante los primeros años de la carrera espacial se hicieron experiencias en el vacío con ratas, perros, monos, etc. Dependiendo del tiempo de exposición, algunos incluso sobrevivieron, pero tranquilos, ninguno estalló. Antes murieron por falta de oxígeno, por el descenso del punto de ebullición del agua de sus cuerpos, el frío, o simplemente, el miedo. Pero, en todos los casos, sus pieles quedaron intactas. En cualquier caso, insistimos, el IAA-CSIC recomienda encarecidamente no viajar al espacio sin la adecuada protección. Hacednos caso.
Emilio José García, Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA).