Cuando se pronuncia el nombre de Nerón probablemente nos venga a la mente la imagen de un personaje con toga, coronado de laurel, tocando la lira y cantando mientras Roma arde a sus pies.

El incendio que asoló la ciudad de Roma en el año 64 es uno de los más conocidos de la Historia y quizá el más virulento que se produjo en la urbe…pero, desde luego, no fue el único. Los incendios en la capital del imperio romano eran tan recurrentes que incluso se legisló varias veces sobre la forma de construir los edificios de varios pisos (insulae), que contaban con la madera como principal material constructivo. Las llamas se iniciaron en la zona del Circo Máximo y, alimentadas por el viento, se extendieron rápidamente, consumiendo tanto zonas humildes como grandes domus, templos, espacios públicos e incluso dependencias del palacio imperial.

Los detractores del excéntrico emperador avivaron los rumores sobre la implicación de Nerón en la catástrofe, argumentando distintos motivos o intereses. La realidad es que el chisme, del que no existe ninguna evidencia histórica, corrió mucho más rápido que el fuego que asoló Roma, llegando a popularizarse hasta nuestros días de la mano del cine de género péplum.

Este bulo y muchos otros relativos a la época romana, son analizados de forma amena y rigurosa por Néstor F. Marqués en su libro Fake News de la Antigua Roma (Ed. Espasa, 2019).

Carlos J. Morán Sánchez – Instituto de Arqueología-Mérida